04 marzo 2016

Veraplayazul pide que Vera sea declarada “capital de la tolerancia”

La Asociación de Vecinos reclama que la Ordenanza de Convivencia Ciudadana vele por el respeto a la diversidad en todos los ámbitos

Los vecinos exigen participación real y que el Ayuntamiento dé ejemplo en el cuidado del entorno urbano y de la costa, especialmente la calidad del agua y de la playa

Respeto al naturismo
Vera, 27 de febrero de 2016.- Veraplayazul ha propuesto al Ayuntamiento de Vera que el municipio se convierta en la “capital de la tolerancia”. La organización vecinal entiende que la nueva Ordenanza de Convivencia Ciudadana debe recoger expresamente el respeto a la diversidad en todos los ámbitos, especialmente en lo que se refiere a las relaciones entre los veratenses y las personas foráneas (que eligen nuestro municipio para disfrutar del verano o fijar su residencia) así como a la práctica del naturismo.

Veraplayazul entiende, asimismo, que la ordenanza se debe sustentar, como pilar básico, en la participación directa y permanente de los vecinos en la gestión municipal. En concreto, la asociación, que da voz a los 20.000 habitantes de la playa veratense, reclama la  creación de un Consejo Local de Participación Ciudadana como órgano local consultivo sobre cualquier aspecto que afecte a los vecinos, tales como los presupuestos, proyectos de urbanismo u obras y servicios.

Más control de calidad del agua y la playa
Otra de las alegaciones que Veraplayazul ya ha registrado es que la nueva normativa recoja expresamente que el Ayuntamiento dará ejemplo en el cuidado del entorno urbano y de la costa, preservando especialmente la calidad del agua y de la playa. El borrador de la ordenanza es una larga lista de obligaciones y sanciones para los vecinos; pero en ningún momento se señala la responsabilidad del Ayuntamiento en la negligencia, descuido, olvido y múltiples errores que comete en el mantenimiento de los servicios públicos y, ante todo, sobre el medio ambiente. En este sentido, Veraplayazul exige que la ordenanza incluya la responsabilidad municipal directa o indirecta, por acción o por omisión, en la contaminación constante del agua; la falta de limpieza de la arena de la playa y del resto del entorno municipal y costero; la ausencia de inversiones para conseguir la bandera azul; la falta de actuación firme para corregir el peligro que supone el río Antas; la ocupación de la playa, las aceras o la vía pública para actividades que distorsionan la propia convivencia; o, lo que es peor aún, el “cruzarse de brazos o el regocijo” ante las deficiencias que, año tras año, convierten cada campaña turística en un infierno por, principalmente, el mantenimiento de los vertidos al mar.
 
No son los vecinos los culpables de la ausencia de limpieza, de la baja calidad de los servicios municipales y de la falta de respuesta a los grandes retos que tiene planteados Vera. Aspectos que, en la actual corporación, brillan por su ausencia