La
Asociación de Vecinos reclama que la Ordenanza de Convivencia Ciudadana vele
por el respeto a la diversidad en todos los ámbitos
Los vecinos
exigen participación real y que el Ayuntamiento dé ejemplo en el cuidado del
entorno urbano y de la costa, especialmente la calidad del agua y de la playa
Respeto al naturismo |
Vera,
27 de febrero de 2016.- Veraplayazul ha propuesto al Ayuntamiento de Vera que
el municipio se convierta en la “capital de la tolerancia”. La organización
vecinal entiende que la nueva Ordenanza de Convivencia Ciudadana debe recoger
expresamente el respeto a la diversidad en todos los ámbitos, especialmente en
lo que se refiere a las relaciones entre los veratenses y las personas foráneas
(que eligen nuestro municipio para disfrutar del verano o fijar su residencia)
así como a la práctica del naturismo.
Veraplayazul
entiende, asimismo, que la ordenanza se debe sustentar, como pilar básico, en
la participación directa y permanente de los vecinos en la gestión municipal.
En concreto, la asociación, que da voz a los 20.000 habitantes de la playa
veratense, reclama la creación de un Consejo Local de Participación Ciudadana como órgano
local consultivo sobre cualquier aspecto que afecte a los vecinos, tales como los
presupuestos, proyectos de urbanismo u obras y servicios.
Más control de calidad del agua y la playa |
Otra de las alegaciones que Veraplayazul ya ha registrado
es que la nueva normativa recoja expresamente que el Ayuntamiento dará ejemplo
en el cuidado del entorno urbano y de la costa, preservando especialmente la
calidad del agua y de la playa. El borrador de la ordenanza es una larga lista
de obligaciones y sanciones para los vecinos; pero en ningún momento se señala
la responsabilidad del Ayuntamiento en la negligencia, descuido, olvido y
múltiples errores que comete en el mantenimiento de los servicios públicos y,
ante todo, sobre el medio ambiente. En este sentido, Veraplayazul exige que la
ordenanza incluya la responsabilidad municipal directa o indirecta, por acción
o por omisión, en la contaminación constante del agua; la falta de limpieza de
la arena de la playa y del resto del entorno municipal y costero; la ausencia
de inversiones para conseguir la bandera azul; la falta de actuación firme para
corregir el peligro que supone el río Antas; la ocupación de la playa, las
aceras o la vía pública para actividades que distorsionan la propia convivencia;
o, lo que es peor aún, el “cruzarse de brazos o el regocijo” ante las
deficiencias que, año tras año, convierten cada campaña turística en un
infierno por, principalmente, el mantenimiento de los vertidos al mar.
No son los vecinos los culpables de la ausencia de limpieza, de la baja calidad de los servicios municipales y de la falta de respuesta a los grandes retos que tiene planteados Vera. Aspectos que, en la actual corporación, brillan por su ausencia